sábado, 17 de abril de 2010

algo mas...

Leí en el periódico sobre una niña, en Brasilia, que fue brutalmente golpeada por sus padres. A consecuencia de ello, perdió los movimientos del cuerpo y se quedó sin habla.
Tras ser internada en el hospital de base, cuidaba de ella una enfermera que diariamente le decía: "Yo te amo". Aunque los médicos aseguraban que no conseguía oírla y que sus esfuerzos eran inútiles, en enfermera seguía repitiendo: "Yo te amo, no lo olvides".

Tres semanas después, la niña había recuperado los movimientos. Cuatro semanas después, volvía a hablar y a sonreír. La enfermera nunca concedió entrevistas y el periódico no publicaba su nombre... pero queda aquí constancia, para que no olvidemos nunca: el amor cura.

El amor transforma, el amor cura, pero a veces el amor construye trampas mortales y acaba destruyendo a la persona que decidió entregarse por entero. ¿Qué sentimiento complejo es ese que, en el fondo, es la única razón para que sigamos vivos, luchando, procurando mejorar?

domingo, 11 de abril de 2010

Instante "mágico"

Podemos creer que todo lo que la vida nos ofrecerá mañana es repetir lo que hicimos ayer y hoy. Pero, si prestamos atención, percibiremos que ningún día es igual a otro.

Cada mañana trae una bendición escondida; una bendición que solo sirve para este día y que no puede guardarse o desaprovecharse. Si no usamos este milagro hoy, se perderá. Este milagro esta en los detalles de lo cotidiano; es preciso vivir cada minuto porque allí encontramos la salida de nuestras confusiones, la alegría de nuestros buenos momentos, la pista correcta para la decisión que ha de ser tomada. No podemos dejar nunca que cada día parezca igual al anterior porque todos los días son diferentes.

Presta atención a todos los momentos, porque la oportunidad, el “instante mágico”, esta a nuestro alcance

domingo, 4 de abril de 2010

Once Minutos...

Mi objetivo -es comprender el amor. Sé que estaba viva cuando ame, y se que todo lo que tengo ahora, por mas interesante que pueda parecer, no me entusiasma.

Pero el amor es terrible: he visto a mis amigas sufrir, y no quiero que eso me suceda a mí. Ellas, que antes se reían de mí y de mi inocencia, ahora me preguntan como consigo dominar a los hombres tan bien. Sonrío y callo, porque sé que el remedio es peor que el propio dolor: simplemente no me enamoro. Cada día que pasa veo con más claridad que frágiles son los hombres, inconstantes, inseguros, sorprendentes... algunos padres de estas amigas llegaron a hacerme proposiciones, yo las rechacé. Antes me sorprendía; ahora creo que forma parte de la naturaleza masculina.

Aunque mi objetivo sea comprender el amor, y aunque sufra por culpa de los hombres a los que entregue mi corazón, veo que aquellos que tocaron mi alma no consiguieron despertar mi cuerpo, y quienes tocaron mi cuerpo no consiguieron llegar a mi alma



(P.C)